lunes, 27 de enero de 2014

Hubo un tiempo...

Hubo un tiempo, que la sangre,
olía a sangre…y lo recuerdo.
Un asesinato te hendía el pecho
y una matanza olía a repugnancia…
y lo recuerdo.
Hubo un tiempo que matar
daba asco e irrespeto,
y angustia daba la suma
de cadáveres por divertimento.
Hubo un tiempo
que apretar un gatillo era cosa seria,
hoy es simple goce o un juego de familia.
Ya no se pintan soldaditos de plomo
o se hacen ejércitos con papel de cocina.
Ahora se asesinan talibanes en comandos  adiestrados,
situados a la vez en varios países,
con papá y mamá indagando a cuantos hemos matado,
para saber si pasar al próximo juego.
Hubo un tiempo en que la sangre
olía a sangre… no a gelatina de fresa, a chicle
o simplemente a las galletas de la abuela…
la abuela se acuerda de ello.
Hubo un tiempo que matar
daba asco e irrespeto…
hoy te dan puntos por matar por ellos
y papá y mamá te ensalzan,
con un juego de matar nuevo…
No debe entender porqué lo condenan,
cuando salen a matar en serio…
si es tan parecido al último de los videojuegos,
que papá y mamá le regalaron
con la autorización del mismo gobierno
que luego lo encierra por enfermo.
Por ello que hacer poesía de esto,
es una falta de criterio.
Hubo un tiempo que la sangre,
olía a sangre…y lo recuerdo,
por que al menos a mí,
a sangre aún,

me sigue oliendo…

Dame tus hierbas

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