y sobre la almohada añorando,
jugamos a que fuera eterna.
Me compuso una melodía
que ya no recuerdo siquiera,
chapoteando entre las lágrimas
por saberla efímera compañera.
Miró mi sombra que se erguía
y recordó la vieja escena;
soy yo aquel que anda
y es ella,
jugamos a que fuera eterna.
Me compuso una melodía
que ya no recuerdo siquiera,
chapoteando entre las lágrimas
por saberla efímera compañera.
Miró mi sombra que se erguía
y recordó la vieja escena;
soy yo aquel que anda
y es ella,
que en la almohada queda…
tan efímera para mí
como cotidiana
como cotidiana
para cualquiera…
2 comentarios:
Un gustazo pasar por tus líneas, poeta.
Shalom amigazo
B.B.
Muchas gracias por tu saludo Beto
Publicar un comentario